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Jue, Mar

Desde 1998 se celebra cada 5 de marzo el Día Mundial de la Eficiencia Energética. El origen de esta fecha proviene de la Primera Conferencia Internacional de Eficiencia Energética celebrada en Austria dicho año. Este día tiene como fin reflexionar sobre la problemática del uso abusivo de combustibles fósiles y la importancia de explotar fuentes de energías renovables.

La Eficiencia Energética plantea el desafío de consumir y producir energía de manera inteligente e innovadora con el objetivo de mitigar los efectos del cambio climático. Desde hace ya varios años los organismos públicos buscan, con diferentes acciones, concientizar a la ciudadanía sobre los efectos devastadores que genera el uso masivo de fuentes no renovables.

Según la Agencia Internacional de Energía, el ahorro conseguido con los diferentes dispositivos de Eficiencia Energética aplicados desde 2000 en el mundo supusieron en 2017 un 11 % menos de consumo del que habría habido sin ellos. Se estima que en 2040 la Eficiencia Energética y la energía renovable pueden reducir la dependencia de combustibles fósiles en un 70%.

Aplicar medidas de Eficiencia Energética genera importantes beneficios: mayor producción con iguales costos energéticos, ahorro económico, reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, desarrollo de empleos nuevos asociados a la aplicación de herramientas para la Eficiencia Energética y menor impacto ambiental entre otros.

Algunos datos significativos respecto de la energía es que actualmente el 27% se pierde en la transmisión y en la generación a nivel mundial. Los hogares suponen un tercio del gasto energético mundial y el 55 % del eléctrico. Asimismo, el stand by puede representar hasta el 15% de consumo energético de un hogar o empresa por lo que es importante apagar los equipos cuando no se utilizan.

Para el futuro, la Agencia Internacional de Energía indicó que el sistema energético mundial seguirá dominado por los combustibles fósiles, los cuales representarán casi el 90% del suministro total de energía en 2030. Hasta ese año la demanda mundial de energía aumentará a un ritmo aproximado del 1,8% anual. Se prevé que el mantenimiento del predominio de los combustibles fósiles implicará un incremento de las emisiones mundiales de dióxido de carbono superior al crecimiento del consumo de energía.

Fuente: Red Argentina de Municipios Frente al Cambio Climático