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Vie, Abr

El Instituto de Estudios Nucleares y Radiaciones Ionizantes (IENRI) dependiente de la FCEIA comenzó a dictar un Ciclo de Complementación Curricular de Licenciatura en Tecnología Nuclear destinada a Técnicos Superiores en Reactores Nucleares. 

La misma tiene lugar en la localidad de Lima, Buenos Aires, en el Instituto de Formación Técnica Nº195, institución de donde egresa el público a quien está destinada y con la cual el IENRI ya realizó diversas actividad académicas.

La Licenciatura en Tecnología Nuclear tiene como objetivo formar profesionales que sean capaces de comprender las complejidades de la utilización de la Tecnología Nuclear con usos pacíficos, así como también de desarrollar nuevas tecnologías relacionadas con la temática.

Quienes egresen reunirán las capacidades necesarias para desempeñarse en funciones derivadas tanto de la industria nuclear como del uso de la energía nuclear y su transformación. Asimismo tendrán las competencias para gestionar los recursos que permitan la operación y el mantenimiento de equipos que posean tecnología nuclear.

Podrán también realizar controles y evaluaciones en centrales nucleares de potencia, reactores nucleares de investigación y desarrollo y en su ciclo de combustible, observando las normas de seguridad para los trabajadores, las instalaciones, los equipos, el público en general y el medio ambiente.

Cabe destacar que los docentes de esta propuesta educativa son tanto integrantes de la FCEIA como miembros de la Comisión Nacional de Energía Atómica. 

 

 

Para Beatriz, las personas tienen dificultad para encontrar en las matemáticas, en la física y en la química una significación al margen de hacer cuentas. Su propuesta, se basa en trabajarlas como una cultura, así como estudiamos la literatura y sus grandes movimientos,  se debería poder estudiar la física moderna, la física contemporánea o la física clásica. “Nosotros los profesores tenemos que estar preparados para hacer eso”, señaló. 
Para ella, es necesario trabajar contenidos conceptuales, procedimentales, actitudinales,  contenidos ligados a la ciencia de la educación, la historia y filosofía de la ciencia, para mostrar a las y los  estudiantes que la ciencia es viva. “Tenemos la impresión de que la física y la matemática no cambian, pero es sólo una ilusión. En la física, por ejemplo, trabajamos constantemente con nuevas tecnologías, incursionamos nuevos estudios, la ciencia evoluciona todo el tiempo”, destacó Beatriz Salemme. De acuerdo a su experiencia, se necesita una enseñanza diferente, no una enseñanza tradicional.
La especialista brasilera en Didáctica de la Enseñanza resaltó la importancia de que los docentes de los distintos niveles estén preparados, también, para adaptarse a los cambios generacionales y cuenten con las herramientas para que sus clases respondan a las nuevas demandas de los estudiantes. 
“Todos los años cuando recibo un grupo de alumnos que se que van a estar 5 años en la universidad para después salir al mundo del trabajo, me propongo como desafío pensar ¿qué mundo les espera de aquí a cinco años? ¿Cómo va a ser esa nueva generación de profesionales?” indicó Beatriz convencida de que año tras año son diferentes los objetivos que debe plantearse. “Tenemos el desafío de formar profesionales de otra generación” destacó.
La especialista en educación valoró la importancia de contar siempre con diferentes opciones metodológicas que permitan explorar distintas técnicas según el grupo con el que se esté trabajando. “A veces percibo con tristeza que muchos profesores dicen ‘yo enseño, si ellos aprenden es otro problema’ y no es así, es mi responsabilidad como docente que los estudiantes comprendan. Entonces nuestro gran desafío es estar alerta para encontrar la forma de que nuestros alumnos de hoy se interesen por lo que se está explicando”.
Entre las herramientas que utiliza en el aula es el trabajo con películas en las que se aborden temas de interés para ser tratados desde diversas disciplinas. Así por ejemplo, con uno de sus grupos de estudiantes de secundaria tomaron una escena del “Código Da Vinci” en la que aparece un código en formato de una secuencia de Fibonacci. “Tomando esa secuencia también trabajamos con su profesor de biología, conversamos con el profesor de historia, la profesora de física. El abordaje fue integral”, relató la especialista en educación.
 
“A mí me enseñaron cierta información de una manera puntual pero nos tenemos que dar cuenta que somos de otra época. A veces las personas no perciben la importancia del cambio generacional y hay que comprender que la enseñanza es un proceso dinámico que se retroalimenta” concluyó Beatriz.