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Jue, Abr

La Decana de la FCEIA, Graciela Utges, participó junto al Rector de la UNR, Franco Bartolacci, en el anuncio de la decisión de la UNR de financiar dos proyectos destinados al diseño de un respirador artificial de afectación específica para el tratamiento de pacientes con coronavirus.

Uno de los proyectos está orientado a pacientes entubados (de afección grave) y nace de la empresa INVENTU (graduados de la FCEIA) y el otro, propuesto por la empresa UPDATE INGENIERIA  en alianza con DIGILOGIC, ambas integradas por docentes y graduados de la FCEIA, se orienta a pacientes de gravedad media. La UNR dispuso recursos para ambas iniciativas con el objetivo de que en el transcurso de una semana cuenten cada una con un prototipo funcional.

Desde la  FCEIA se facilitará a los proyectos las capacidades de la Facultad, tanto a nivel conocimientos de docentes e investigadoras/es como del equipamiento disponible en laboratorios e institutos. 

La primera etapa de este proyecto será la creación del prototipo del respirador con afectación específica para atender casos de COVID-19, con un tiempo estimado de una semana, para lo cual el equipo de investigadores ya se encuentra trabajando. 

A partir de allí se iniciará la segunda etapa que corresponde a la validación de cada prototipo por parte de las autoridades de salud correspondientes y la certificación sanitaria a nivel nacional. Luego de este proceso se comenzará con la producción quedando a disposición del estado la distribución.

 

 

Para ella, es necesario trabajar contenidos conceptuales, procedimentales, actitudinales,  contenidos ligados a la ciencia de la educación, la historia y filosofía de la ciencia, para mostrar a las y los  estudiantes que la ciencia es viva. “Tenemos la impresión de que la física y la matemática no cambian, pero es sólo una ilusión. En la física, por ejemplo, trabajamos constantemente con nuevas tecnologías, incursionamos nuevos estudios, la ciencia evoluciona todo el tiempo”, destacó Beatriz Salemme. De acuerdo a su experiencia, se necesita una enseñanza diferente, no una enseñanza tradicional.
La especialista brasilera en Didáctica de la Enseñanza resaltó la importancia de que los docentes de los distintos niveles estén preparados, también, para adaptarse a los cambios generacionales y cuenten con las herramientas para que sus clases respondan a las nuevas demandas de los estudiantes. 
“Todos los años cuando recibo un grupo de alumnos que se que van a estar 5 años en la universidad para después salir al mundo del trabajo, me propongo como desafío pensar ¿qué mundo les espera de aquí a cinco años? ¿Cómo va a ser esa nueva generación de profesionales?” indicó Beatriz convencida de que año tras año son diferentes los objetivos que debe plantearse. “Tenemos el desafío de formar profesionales de otra generación” destacó.
La especialista en educación valoró la importancia de contar siempre con diferentes opciones metodológicas que permitan explorar distintas técnicas según el grupo con el que se esté trabajando. “A veces percibo con tristeza que muchos profesores dicen ‘yo enseño, si ellos aprenden es otro problema’ y no es así, es mi responsabilidad como docente que los estudiantes comprendan. Entonces nuestro gran desafío es estar alerta para encontrar la forma de que nuestros alumnos de hoy se interesen por lo que se está explicando”.
Entre las herramientas que utiliza en el aula es el trabajo con películas en las que se aborden temas de interés para ser tratados desde diversas disciplinas. Así por ejemplo, con uno de sus grupos de estudiantes de secundaria tomaron una escena del “Código Da Vinci” en la que aparece un código en formato de una secuencia de Fibonacci. “Tomando esa secuencia también trabajamos con su profesor de biología, conversamos con el profesor de historia, la profesora de física. El abordaje fue integral”, relató la especialista en educación.
 
“A mí me enseñaron cierta información de una manera puntual pero nos tenemos que dar cuenta que somos de otra época. A veces las personas no perciben la importancia del cambio generacional y hay que comprender que la enseñanza es un proceso dinámico que se retroalimenta” concluyó Beatriz.