Paulo Milanesio es graduado de Ingeniería Civil de la FCEIA y actualmente se desempeña como Coordinador General de Emergencias Humanitarias para Médicos Sin Fronteras. En la siguiente entrevista nos cuenta sobre cómo comenzó a vincularse con el mundo humanitario, las herramientas que le brindó ser egresado de la Facultad y sobre cómo su búsqueda y motivación constante por nuevos desafíos lo llevó a especializarse en Gestor de Seguridad y Negociación de Acceso para intervenir en conflictos bélicos.
Luego de recibirte de ingeniero civil ¿cómo fue que descubriste la vocación por la cuestión humanitaria?
Por una búsqueda personal y de ambición de querer hacer algo más con un título de la dimensión que tiene el de ingeniería civil y no quedarme solo con lo típico que uno hace cuando se recibe. Una búsqueda de querer darle un punto más social y un impacto más directo sobre la vida de las personas, más allá de que la ingeniería siempre tiene impacto sobre la vida de las personas. Esa búsqueda fue lo que me llevó a explorar el mundo humanitario y a partir de eso fui haciendo el recorrido.
¿Qué herramientas te brindó la FCEIA para poder empezar a recorrer este camino?
Muchísimas, la lista es enorme, pero la primera y gran herramienta es la capacidad de abrir puertas, tener una carrera universitaria de la dimensión que es ingeniería civil de la Universidad Nacional de Rosario te permite golpear puertas y que esas puertas se abran. Y después por supuesto todo el conocimiento, metodología de trabajo, capacidad de aplicar herramientas, gestión de equipo y de recursos, resolución de problemas planteando diversas soluciones, todo eso es ingeniería.
Entonces no importa cuál es el fin y cuáles son los recursos, un ingeniero o ingeniera es eso, con ciertos recursos intentar llegar a un objetivo de la manera más eficiente posible. Pueden ser fierros para una estructura o equipos para montar un hospital. Yo siempre digo que para mí el hecho de ser ingeniero siendo coordinador de Médicos Sin Fronteras me permite con recursos escasos tener soluciones más efectivas y eficientes y lo interesante de esto, es que acá esa solución efectiva y ese objetivo tienen como resultado salvar vidas, que es lo que hace Médicos Sin Fronteras.
¿Cómo fue tu recorrido hasta llegar a Médicos Sin Fronteras?
Entre al mundo humanitario en el año 2012, primero a colaborar como voluntario en una organización que se llama Ingeniería Sin Fronteras en Barcelona, España. En 2013 tuve mi primera experiencia en terreno en Mozambique trabajando en proyectos de abastecimiento de agua en zonas rurales, ahí si aplicaba ingeniería pura de calcular las estructuras, el pozo, dónde hacer las perforaciones, etc. eran tareas puramente técnicas. A partir de ahí fui conociendo más lo que era el sector de la gestión de los proyectos. Después trabajé en Arquitectura Sin Fronteras, luego estuve en otras dos ONGs más vinculadas a proyectos de salud pública para recién en el año 2020 comenzar en Médicos Sin Fronteras, es decir que fue toda una carrera pero siempre partiendo de la capacidad de ser ingeniero.
¿Qué es lo que te motiva a realizar este trabajo?
Es un trabajo donde se hace muchísimo esfuerzo, donde sin duda se pone mucho más que tiempo, hay esfuerzo físico y una parte emocional muy fuerte, pero cuando el resultado de tu esfuerzo es positivo tiene una devolución inmediata. Un niño que está desnutrido que quizás hace un año que no ve a un médico o a un enfermero y logra por un esfuerzo de toda la organización empezar un tratamiento y salvar su vida, esa satisfacción es enorme. Sin duda que te motiva un crecimiento profesional, una ambición personal pero tiene un plus humano que creo que muy pocas profesiones te lo dan y eso es maravilloso, cuando se trata de humanidad no tiene precio.
Y después también el hecho del espíritu aventurero, te toca viajar por países y estar en lugares que por más capacidad financiera que puedas tener no vas a entrar si no sos de Médicos Sin Fronteras, si no vas a ahí para hacer lo que hacemos, entonces también tiene ese plus de descubrir cosas que no se descubren comúnmente y eso te motiva
¿Porqué decidiste especializarte en Gestor de Seguridad y Negociación de Acceso?
Dentro de las diferentes ramas del mundo humanitario existen las emergencias humanitarias, y dentro de esas emergencias una de las razones es la violencia que genera que la gente pierda acceso a necesidades básicas ya sea una guerra o cualquier tipo de revuelta. Entonces por una cuestión de interés personal y también por una cuestión de adrenalina decidí especializarme en esto. Negociar acceso para poder entrar a una zona de guerra te genera una adrenalina que no tiene comparación con ninguna otra cosa, desde un lado muy profesional, una adrenalina que también hay que saber controlar porque no podes ir solo por esa ambición de querer entrar a los lugares más complejos. Es un desafío muy extremo, que implica mucha concentración y donde los riesgos son muy altos, pero esa búsqueda de desafío constante es lo que me ha movilizado siempre en mi carrera y en mi vida.
¿Tuviste miedo alguna vez?
Todo el tiempo, si no tenés miedo estás en problemas, cuando estás frente a 15 Kaláshnikov que te están apuntando a la cabeza o escuchas bombardeos que se van acercando o te avisan que tu equipo está en el medio de una zona de un tiroteo el miedo tiene que aparecer pero no invadirte, si te invade estás en problema porque te paraliza. Pero si no aparece también estás en problema porque quiere decir que ya no estás tomando dimensión de lo grave de ciertas situaciones. Entonces sí, pasé situaciones de más y de menos miedo.
¿Qué le dirías a alguien que se recibe y siente que su vocación va más por este lado y no tanto por la del típico perfil profesional?
Lo que yo aprendí es que una carrera universitaria te llena de recursos que va mucho más allá de lo meramente técnico, el solo hecho de atravesar todos los procesos que implican el terminar una carrera te da recursos que son transversales: trabajar y gestionar en equipo, definir prioridades, resolver problemas… y todos eso se pueden aplicar en un montón de contextos para obtener un montón de objetivos.
Mi mensaje es que no abandonen esa búsqueda constante, esos sueños profesionales, porque se bien la carrera te pone dentro de un espectro de posibilidades de a qué dedicar tu tiempo, ese espectro se puede abrir 360°, y esto yo lo aprendí con el paso del tiempo, con mi experiencia personal. A pesar de que yo hoy soy Coordinador de Emergencias Humanitarias con Médicos Sin Fronteras en guerras del mundo yo aplico conceptos de ingeniería civil, no para calcular una estructura pero si para un montón de cosas donde noto que tengo capacidades gracias a haber atravesado todo ese proceso de la universidad.
Probablemente después tengas que complementar lo que aprendiste en la carrera pero sin duda que te da una infinidad de recursos para mejorar y crecer en eso que elegiste que a lo mejor no está directamente asociado con eso que estudiaste. Yo aliento mucho a que la gente termine cualquier carrera y después vea donde aplicar esos conceptos.
