Cada 21 de septiembre les deseamos “feliz día” sabiendo la importancia del camino que están recorriendo.
Ser estudiante universitario, es transitar un momento muy especial de la vida. Momento de formarse, de desarrollar capacidades y actitudes, de adquirir valiosos conocimientos para desempeñarse en la profesión o la carrera elegida. Momento también para hacer amistades, compartir lugares y experiencias, crecer en comunidad. Para construir valores, pensamiento crítico, compromiso social.
Por eso, el Día del Estudiante merece ser celebrado, y particularmente en un contexto como el que estamos transitando.
Nuestras vidas se han modificado repentinamente. De pronto, nos hemos visto alejados de todo lo conocido: aulas, charlas en los pasillos, grupos de estudio, encuentros en las bibliotecas... y todo eso volverá, pero ahora nos toca seguir vinculados, seguir construyendo nuestra comunidad desde otros espacios.
Hemos tenido que adaptarnos rápidamente, no sólo en la vida personal y cotidiana de cada una y uno, sino también como institución. Juntos hemos trabajado sin pausa para ir superando dificultades. Hemos puesto en marcha mecanismos que nos permitieron dar continuidad a los procesos de formación más allá de la presencialidad.
Transitamos un camino complejo y no exento de dificultades, y las/llos estudiantes han sabido comprender el enorme esfuerzo realizado por los/las docentes para implementar nuevas modalidades de enseñanza, y las/los nodocentes para dar continuidad a las tareas esenciales que posibilitaron mantener en funcionamiento la Facultad.
En este año tan especial deseamos expresarles nuestra satisfacción por ser parte de esta comunidad. Una comunidad que los reconoce como uno de sus pilares fundamentales, y que valora su aporte para sostener junto a autoridades, docentes y nodocentes el año académico en la FCEIA.
Este 21 de septiembre queremos entonces hacer una pausa en aquellas tareas que desempeñamos a diario, para brindar homenaje a cada uno de los y las alumnos/as de la FCEIA. Por su paciencia, por su entendimiento, por sus aportes y por poner en alto los valores de la educación pública que compartimos.
Queridas/os estudiantes de la FCEIA, este año más que nunca celebramos junto a ustedes.
Feliz Día!
Para ella, es necesario trabajar contenidos conceptuales, procedimentales, actitudinales, contenidos ligados a la ciencia de la educación, la historia y filosofía de la ciencia, para mostrar a las y los estudiantes que la ciencia es viva. “Tenemos la impresión de que la física y la matemática no cambian, pero es sólo una ilusión. En la física, por ejemplo, trabajamos constantemente con nuevas tecnologías, incursionamos nuevos estudios, la ciencia evoluciona todo el tiempo”, destacó Beatriz Salemme. De acuerdo a su experiencia, se necesita una enseñanza diferente, no una enseñanza tradicional.
La especialista brasilera en Didáctica de la Enseñanza resaltó la importancia de que los docentes de los distintos niveles estén preparados, también, para adaptarse a los cambios generacionales y cuenten con las herramientas para que sus clases respondan a las nuevas demandas de los estudiantes.
“Todos los años cuando recibo un grupo de alumnos que se que van a estar 5 años en la universidad para después salir al mundo del trabajo, me propongo como desafío pensar ¿qué mundo les espera de aquí a cinco años? ¿Cómo va a ser esa nueva generación de profesionales?” indicó Beatriz convencida de que año tras año son diferentes los objetivos que debe plantearse. “Tenemos el desafío de formar profesionales de otra generación” destacó.
La especialista en educación valoró la importancia de contar siempre con diferentes opciones metodológicas que permitan explorar distintas técnicas según el grupo con el que se esté trabajando. “A veces percibo con tristeza que muchos profesores dicen ‘yo enseño, si ellos aprenden es otro problema’ y no es así, es mi responsabilidad como docente que los estudiantes comprendan. Entonces nuestro gran desafío es estar alerta para encontrar la forma de que nuestros alumnos de hoy se interesen por lo que se está explicando”.
Entre las herramientas que utiliza en el aula es el trabajo con películas en las que se aborden temas de interés para ser tratados desde diversas disciplinas. Así por ejemplo, con uno de sus grupos de estudiantes de secundaria tomaron una escena del “Código Da Vinci” en la que aparece un código en formato de una secuencia de Fibonacci. “Tomando esa secuencia también trabajamos con su profesor de biología, conversamos con el profesor de historia, la profesora de física. El abordaje fue integral”, relató la especialista en educación.
“A mí me enseñaron cierta información de una manera puntual pero nos tenemos que dar cuenta que somos de otra época. A veces las personas no perciben la importancia del cambio generacional y hay que comprender que la enseñanza es un proceso dinámico que se retroalimenta” concluyó Beatriz.