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Jue, Abr

De Argentina a Israel y de Israel a la Luna. El argentino Diego Saikin visitó la FCEIA para contar su experiencia como integrante del equipo israelí SpaceIL, responsable de conceptualizar y crear a Bereshit”, la primera misión privada a la Luna en la historia.

La charla se desarrolló el pasado jueves 9 de mayo en el nuevo edificio del CUR con un importante marco de estudiantes y docentes. Durante el encuentro, el ingeniero  electrónico que nació en Argentina y a los 14 años emigró junto a su familia a Israel, contó cómo fue su participación dentro del proyecto que posicionó a este país como el séptimo en lograr orbitar la luna. 

Diego fue uno de los ingenieros que estuvo a cargo del software de simulación de la nave. “Mi tarea fue simular desde varios tipos de sensores, las posibles reacciones que se generarían en la nave y también realizar una plataforma de visualización para leer la telemetría, es decir, analizar los datos de la nave luego de que aterrice como ubicación y temperatura”, detalló.

BERESHIT 3La nave "Bereshit", que en hebreo significa “génesis” o “en el principio”, fue lanzada a fines de febrero de 2019, convirtiéndose en la primera nave espacial israelí en viajar más allá de la órbita terrestre. Los países que lograron llegar a la Luna fueron la Unión Soviética, EEUU y China, mientras que quienes consiguieron orbitarla fueron India, Japón, la Unión Europea y ahora Israel. 

El especialista detalló que  la nave fue construida por 40 personas trabajando full time y 200 voluntarios. Además indicó que durante el proceso de creación se fue modificando el boceto inicial hasta llegar al modelo final, un aparato de cuatro patas de 160 kilos sin combustible y 585 con la carga de combustible. Su costo de 100 millones de dólares estuvo financiado íntegramente por donaciones privadas.

Bereshit estaba equipada con cámaras, sensores magnéticos y transmisores para enviar información a la Tierra y según detalló el ingeniero “es la nave más barata, pequeña y liviana, además de haber sido construida por un país que no es una superpotencia”. Si aterrizaba en la luna debía encargarse de medir el campo magnético del satélite y enviar de manera simultánea imágenes y videos. 

También llevaba una cápsula del tiempo con archivos digitales del tamaño de una moneda que incluía dibujos hechos por niños de colegios israelíes, una copia del himno nacional y una bandera de Israel, un testimonio de un sobreviviente del Holocausto, así como literatura, fotos y canciones de este país. 

Durante la charla Diego destacó que uno de los objetivos que se propusieron alcanzar con Bereshit fue “generar en los jóvenes de nuestro país y del mundo en general el efecto que sucedió con Apolo 11 hace 50 años, que tengan el deseo de comenzar a estudiar ingeniería o alguna carrera vinculada con las ciencias”.

A pesar del fallido intento de alunizar, la organización SpaceIL ya anunció que intentará nuevamente alcanzar su objetivo.

Sobre Diego Saikin

Diego Saikin nació en Bueno Aires en 1981 y en 1995 emigró con sus padres y hermano a Israel. Cursó sus estudios de Ingeniería Electrónica (B.Sc.) en la Universidad Ben-Gurion, localizada en la ciudad de Beer Sheva, Israel. Entre 2014 y 2018 vivió en la ciudad de Praga, República Checa, donde obtuvo su licencia de piloto y cursó su maestría en Cibernetica y Robotica (M.Sc.) en la Universidad Técnica de Praga, de la que se graduó con honores.

 

 

Para Beatriz, las personas tienen dificultad para encontrar en las matemáticas, en la física y en la química una significación al margen de hacer cuentas. Su propuesta, se basa en trabajarlas como una cultura, así como estudiamos la literatura y sus grandes movimientos,  se debería poder estudiar la física moderna, la física contemporánea o la física clásica. “Nosotros los profesores tenemos que estar preparados para hacer eso”, señaló. 
Para ella, es necesario trabajar contenidos conceptuales, procedimentales, actitudinales,  contenidos ligados a la ciencia de la educación, la historia y filosofía de la ciencia, para mostrar a las y los  estudiantes que la ciencia es viva. “Tenemos la impresión de que la física y la matemática no cambian, pero es sólo una ilusión. En la física, por ejemplo, trabajamos constantemente con nuevas tecnologías, incursionamos nuevos estudios, la ciencia evoluciona todo el tiempo”, destacó Beatriz Salemme. De acuerdo a su experiencia, se necesita una enseñanza diferente, no una enseñanza tradicional.
La especialista brasilera en Didáctica de la Enseñanza resaltó la importancia de que los docentes de los distintos niveles estén preparados, también, para adaptarse a los cambios generacionales y cuenten con las herramientas para que sus clases respondan a las nuevas demandas de los estudiantes. 
“Todos los años cuando recibo un grupo de alumnos que se que van a estar 5 años en la universidad para después salir al mundo del trabajo, me propongo como desafío pensar ¿qué mundo les espera de aquí a cinco años? ¿Cómo va a ser esa nueva generación de profesionales?” indicó Beatriz convencida de que año tras año son diferentes los objetivos que debe plantearse. “Tenemos el desafío de formar profesionales de otra generación” destacó.
La especialista en educación valoró la importancia de contar siempre con diferentes opciones metodológicas que permitan explorar distintas técnicas según el grupo con el que se esté trabajando. “A veces percibo con tristeza que muchos profesores dicen ‘yo enseño, si ellos aprenden es otro problema’ y no es así, es mi responsabilidad como docente que los estudiantes comprendan. Entonces nuestro gran desafío es estar alerta para encontrar la forma de que nuestros alumnos de hoy se interesen por lo que se está explicando”.
Entre las herramientas que utiliza en el aula es el trabajo con películas en las que se aborden temas de interés para ser tratados desde diversas disciplinas. Así por ejemplo, con uno de sus grupos de estudiantes de secundaria tomaron una escena del “Código Da Vinci” en la que aparece un código en formato de una secuencia de Fibonacci. “Tomando esa secuencia también trabajamos con su profesor de biología, conversamos con el profesor de historia, la profesora de física. El abordaje fue integral”, relató la especialista en educación.
 
“A mí me enseñaron cierta información de una manera puntual pero nos tenemos que dar cuenta que somos de otra época. A veces las personas no perciben la importancia del cambio generacional y hay que comprender que la enseñanza es un proceso dinámico que se retroalimenta” concluyó Beatriz.