Tipografia

El Instituto de Estudios de Transporte (IET) dependiente de la FCEIA está desarrollando el proyecto denominado “Estudio de Intervenciones Urbanas para lograr una Movilidad Sustentable”. El mismo tiene como principal objetivo realizar un estudio acerca de las intervenciones urbanas aplicadas a distintos modos de transporte en ciudades del mundo que cuenten con características similares a Rosario para alcanzar una movilidad sustentable. 

Laura Pagani, Ingeniería Civil y directora del instituto, explicó: “Entendemos por movilidad al conjunto de acciones por las cuales se desplazan personas y bienes. Cuando la adjetivamos como sustentable, lo hacemos poniendo el foco en los tres pilares básicos de la sustentabilidad: el económico, el social y el ambiental”. 

El estudio comenzó con la caracterización de Rosario, que entró en la categoría de urbes siendo su principal problemática el crecimiento sostenido bajo el paradigma de un modelo de ciudades que concentra la mayor cantidad de actividades en un solo lugar. Otra de sus características es la expansión de áreas residenciales que se da en forma difusa, generando así una movilidad orientada hacia el uso del vehículo particular. 

Según un relevamiento realizado en Rosario, el promedio de ocupación de un vehículo particular es de 1,4 personas, siendo un uso muy poco eficiente del espacio urbano y un derroche de consumo energético. Por eso, uno de los puntos más importantes del proyecto es la necesidad de que los ciudadanos se vuelquen hacia medios de transporte más amigables con el ambiente como la bicicleta o la caminata. 

La investigación incluye también la necesidad de fomentar cada vez más el uso de un transporte masivo que sea más eficiente tanto en consumo energético como en la utilización del espacio urbano. Busca un cambio en la pirámide de movilidad, priorizando modos amigables ambientalmente y relegando al vehículo particular como el último elemento a tener cuenta. El estudio sugiere además la implementación del tipo normativo, de una serie de intervenciones con diseños simples a través de las cuales se puede ordenar el espacio y reducir así la circulación de vehículos, dando prioridad a peatones o ciclistas.

El equipo de investigadores del IET elaboró tres posibles intervenciones que permitirían avanzar en el camino hacia una ciudad con una movilidad más sustentable. La primera de las propuestas fue denominada Anteproyecto Estación Intermodal Rosario Norte y es el resultado de una inquietud de estudiantes de grado de la carrera de Ingeniería Civil que, a través de la presentación de un trabajo para la asignatura “Proyecto 4”, propusieron la creación de una estación intermodal ubicada en Oroño y Rivadavia, a metros de la Estación Rosario Norte. Fue pensada en el marco de una posible reactivación de los trenes urbanos en la ciudad. 

Sobre este proyecto, la docente de la FCEIA arquitecta Cristina Cervera detalló: “Se trata de un edificio que abarcaría a todos los modos de transporte sostenible y que se emplazaría en una zona que está vinculada peatonalmente con la estación de trenes, por lo cual sería ideal para poder realizar de manera sencilla el traspaso entre modalidades de transporte”. Y agregó: “El edificio está diseñado bajo los criterios de sustentabilidad energética teniendo en cuenta el impacto ambiental, proponiendo inclusive una terraza verde pensada para compensar el espacio verde utilizado para su propio emplazamiento”.

La segunda propuesta nombrada “Intervención en calle San Luis entre Italia y San Martín”, surgió a partir de un relevamiento donde se detectó una amplia ocupación del sector peatonal ocupada por puestos ambulantes, contenedores de residuos y personas realizando trabajos de carga y descarga. Sumado a esto en dicha zona hay un tramo de la red de ciclovías, circulan 15 líneas del Transporte Urbano de Pasajeros y funciona el estacionamiento medido. 

“Veíamos una necesidad de reacomodar ese espacio urbano por eso propusimos una intervención en dos cuadras. En una ensanchando el área peatonal en la esquina y convirtiéndola en parada de colectivos, no afectando así al espacio de peatones y dejando un espacio de resguardo para contenedores y otro reservado para carga y descarga, con rotación y controles permanentes. En la otra, aprovecharíamos el ensanche realizado para ordenar y darles un marco de formalidad a los puestos de vendedores ambulantes” indicaron los investigadores. 

Además agregaron: “Para realizar estos trabajos, tendríamos que suprimir el estacionamiento medido y contemplar también el espacio para los boxes de bicicletas existentes. De esta forma, ordenaríamos la actividad comercial, solucionaríamos el problema de la doble fila y facilitaríamos el acceso peatonal”

La última de las acciones fue denominada "Intervención en calle Sargento Cabral entre San Lorenzo y Avenida Belgrano" y nace tras un relevamiento realizado en la bajada Sargento Cabral y a través del cual se detectó una falta de ordenamiento en lo que hace al estacionamiento de vehículos particulares y la existencia de cruces peatonales muy extensos con poca capacidad de refugio para peatones. A partir de esa información, se ideó una intervención a través de la cual conectar el espacio ubicado entre las calles San Martín y Santa Fe con la bajada Sargento Cabral mediante la implementación de una zona calma en la zona de San Martín y San Lorenzo, fomentando el mismo nivel para vehículos y para el uso peatonal. 

De esta forma, se recuperaría la calle Sargento Cabral para la realización de actividades sociales o gastronómicas. Esto podría complementarse con un ensanchamiento de la vereda y el ordenamiento del estacionamiento en la dársena central, acortando así cruces peatonales y agregando un área de espera para garantizar la seguridad de los peatones.

Quienes llevan adelante este proyecto destacaron “Estamos convencidos de que un ordenamiento del espacio urbano trae aparejado un mejor funcionamiento para la ciudad y sus habitantes. El desafío estará siempre en poder demostrarlo”.

El equipo de investigación está conformado por Oscar Giovanon; Liliana Zeoli; Anibal Bigoglio; Cristina Cervera; Sabrina Fanelli; María Alejandra Ferreyra; María Laura Pagani; Santiago Tazzioli; Maura Diedrich; Cecilia Lombardo; Paola Ukic; Sofía Ramírez y Miguel Ángel Vinzia.

 

Fuente y foto: www.unr.edu.ar/

Para Beatriz, las personas tienen dificultad para encontrar en las matemáticas, en la física y en la química una significación al margen de hacer cuentas. Su propuesta, se basa en trabajarlas como una cultura, así como estudiamos la literatura y sus grandes movimientos,  se debería poder estudiar la física moderna, la física contemporánea o la física clásica. “Nosotros los profesores tenemos que estar preparados para hacer eso”, señaló. 
Para ella, es necesario trabajar contenidos conceptuales, procedimentales, actitudinales,  contenidos ligados a la ciencia de la educación, la historia y filosofía de la ciencia, para mostrar a las y los  estudiantes que la ciencia es viva. “Tenemos la impresión de que la física y la matemática no cambian, pero es sólo una ilusión. En la física, por ejemplo, trabajamos constantemente con nuevas tecnologías, incursionamos nuevos estudios, la ciencia evoluciona todo el tiempo”, destacó Beatriz Salemme. De acuerdo a su experiencia, se necesita una enseñanza diferente, no una enseñanza tradicional.
La especialista brasilera en Didáctica de la Enseñanza resaltó la importancia de que los docentes de los distintos niveles estén preparados, también, para adaptarse a los cambios generacionales y cuenten con las herramientas para que sus clases respondan a las nuevas demandas de los estudiantes. 
“Todos los años cuando recibo un grupo de alumnos que se que van a estar 5 años en la universidad para después salir al mundo del trabajo, me propongo como desafío pensar ¿qué mundo les espera de aquí a cinco años? ¿Cómo va a ser esa nueva generación de profesionales?” indicó Beatriz convencida de que año tras año son diferentes los objetivos que debe plantearse. “Tenemos el desafío de formar profesionales de otra generación” destacó.
La especialista en educación valoró la importancia de contar siempre con diferentes opciones metodológicas que permitan explorar distintas técnicas según el grupo con el que se esté trabajando. “A veces percibo con tristeza que muchos profesores dicen ‘yo enseño, si ellos aprenden es otro problema’ y no es así, es mi responsabilidad como docente que los estudiantes comprendan. Entonces nuestro gran desafío es estar alerta para encontrar la forma de que nuestros alumnos de hoy se interesen por lo que se está explicando”.
Entre las herramientas que utiliza en el aula es el trabajo con películas en las que se aborden temas de interés para ser tratados desde diversas disciplinas. Así por ejemplo, con uno de sus grupos de estudiantes de secundaria tomaron una escena del “Código Da Vinci” en la que aparece un código en formato de una secuencia de Fibonacci. “Tomando esa secuencia también trabajamos con su profesor de biología, conversamos con el profesor de historia, la profesora de física. El abordaje fue integral”, relató la especialista en educación.
 
“A mí me enseñaron cierta información de una manera puntual pero nos tenemos que dar cuenta que somos de otra época. A veces las personas no perciben la importancia del cambio generacional y hay que comprender que la enseñanza es un proceso dinámico que se retroalimenta” concluyó Beatriz.