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Mié, Abr

El trasporte urbano de pasajeros fue uno de los servicios que en Rosario desde el inicio del aislamiento obligatorio por la pandemia del Covid-19, se mantuvo en funcionamiento y fue clave para sostener las actividades esenciales. La Ingeniera María Laura Pagani, Directora del Instituto de Estudios de Transporte (IET) y la Magister Mónica Alvarado, Secretaria académica de la Escuela de Ingeniería Civil, explican en qué sentido la movilidad de la ciudad fue afectada y qué cambios implementados en este marco pueden favorecer en un futuro al acercamiento a una ciudad más sostenible.

Al inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, en Rosario se produjo una suspensión casi total de las actividades laborales no esenciales, educativas, de ocio y recreativas, lo que originó una caída en la demanda del transporte en general. A partir de las medidas de flexibilización de la cuarentena e incorporación gradual de algunas actividades, se fue reactivando el uso del transporte, favoreciendo en mayor medida a taxis y vehículos particulares. “Esto evidencia que ha habido una migración de aquellos que usaban el transporte público y que hoy, debido a las recomendaciones de distanciamiento social, y en la medida de disponer los recursos económicos o de un vehículo particular, eligen los taxis y la utilización de su auto, hecho que se deberían tratar de paliarmediante otras propuestas más sustentables. Además, hubo un repunte a partir de que se habilitó el sistema de bicicletas públicas, pero igualmente se mantuvo en valores de un 15%, muy por debajo de lo normal para esta época del año” afirma María Laura Pagani.

El valor del transporte en la ciudad: ayer y hoy

Mónica Alvarado, al respecto de la importancia del transporte público, indica “En el marco de esta cuarentena, el rasgo social del transporte público se estableció como fundamental, debido a que es el servicio que otorga soluciones de movilidad a aquellas trabajadoras y trabajadores que realizan tareas categorizadas como “esenciales” y que de otra manera no podrían cumplir con las funciones a su cargo”. En consonancia, Pagani añade: “El transporte público es la columna vertebral de cualquier ciudad, más aún en el caso de ciudades del tamaño de Rosario, es uno de los factores fundamentales para el desarrollo económico y social, ya que brinda accesibilidad a todos los ciudadanos por igual para llevar adelante sus actividades y para garantizar el acceso a cada punto de la ciudad”.

“El transporte público es uno de los pilares de la movilidad sostenible conjuntamente con los modos activos, como es la caminata y la bicicleta, y en conjunta con la disuasión del vehículo privado. Por ende, es uno de los pilares o de las líneas a seguir para arribar a ciudades sostenibles, equitativo, con mayor igualdad y con mayores oportunidades para todos” explica Pagani.

El servicio de transporte público de pasajeros debió realizar distintas acciones tendientes a preservar las condiciones de higiene al interior de las unidades, en este sentido Alvarado indica “Se comenzaron a implementar desinfecciones frecuentes; se garantizó el trabajo los choferes mediante el aislamiento de la cabina de conducción con distintos elementos; se modificaron los niveles de ocupación para permitir la distancia social recomendada como así también, se ajustó la oferta de servicios en función de las nuevas condiciones imperantes. Por esto, creo que resulta necesario poner en relieve la importancia y lo imperativo que resulta su sostenimiento, como servicio esencial, repensando aspectos relacionados con el distanciamiento social y la seguridad tanto de trabajadores  como de usuarios” señala Alvarado.

Reflexionar sobre nuestros hábitos

“Con la irrupción del Covid-19,  se pusieron en jaque nuestros hábitos, nuestro estilo de vida, se distorsionaron las prioridades diarias y la libertad ilimitada, que parecía incuestionable. En un corto plazo, la conectividad digital se ha impulsado a medida que la movilidad de las personas se ha ido restringiendo” indica Alvarado.

“También estamos teniendo modificaciones de nuestro consumo, hoy priorizamos el comercio de proximidad,  adonde podemos llegar a través de una pequeña caminata, lo que cambia la afluencia de aquellos grandes centros comerciales que se realizaban anteriormente. Hoy estamos decidiendo en base a lo indispensable, estamos evaluando la real necesidad de cada viaje. Muchísimos trámites que antes realizábamos en forma presencial, ahora los realizamos de manera virtual, a distancia, creo que todo esto va a originar cambios que van a impactar en nuestras costumbres, en nuestro consumo, en nuestra forma de movernos y en nuestra forma de relacionarnos también” señala Pagani.

Una nueva normalidad y ciudades sostenibles

“Esta crisis nos permite repensar algunas cuestiones relativas a nuestra forma de vida, de consumo y, por supuesto, nuestra manera de movernos, por esto, tenemos que reflexionar sobre qué tipo de ciudad queremos construir. Se hace claro que una ciudad para considerarse urbanamente sostenible debe incorporar políticas que promuevan la proximidad y la accesibilidad y, siguiendo estos lineamientos, impulsar aquellos modos de movilidad que sean más eficientes, en términos ambientales, sociales y económicos” indica Alvarado.

Con respecto a pensar en la vuelta  a las actividades, Pagani manifiesta “Intuyo que va a haber modificaciones en el transporte, en la movilidad, ya que como sociedad ya no vamos a ser los mismos. En la medida en que se flexibilicen las actividades, vamos a tener que encontrar la forma de no colapsar el sistema de transporte público, sin que esto signifique volcarnos al vehículo particular masivamente. Alvarado, al respecto, añade que los datos que se relevaron muestran que la oferta de transporte público tuvo una contracción de entre un 50% y un 85%, dependiendo de cada ciudad, lo que previene respecto a la amenaza que el automóvil privado se considere una alternativa más segura, y por ende, su uso se intensifique y esto genere un  aumento progresivo del tránsito, insostenible para nuestras ciudades tanto en términos de congestión como por los niveles de contaminación y por el impacto en términos de espacio de la infraestructura actual.

“Tenemos que intentar no retroceder en algunos cambios que han dejado evidencias a la vista y que han afectado para bien el ecosistema urbano, hemos notado menor contaminación ambiental y sonora, mejor calidad del aire, menor siniestralidad, hay otra disposición del espacio publico. Con las calles vacías se hizo notorio que gran porcentaje de nuestra infraestructura vial está destinada al tránsito motorizado frente al destinado a la movilidad activa, es decir, superficie de calle versus superficie de vereda y ciclovías, esto se evidenció aun más en las primeras semanas donde el transito fue el que manifestó la mayor caída y el gran ausente fue el vehículo particular en esos días. Una alternadita puede encontrarse en la gestión de la demanda, trabajando conjuntamente los actores públicos y privados” señala Pagani.

Para diversificar la oferta de movilidad, Alvarado sugiere que en los próximos meses se identifiquen soluciones alternativas sostenibles para apoyar el transporte colectivo. “Si la idea de promover el tráfico de peatones y el ciclismo en la ciudad ya era válida en tiempos normales, en este nuevo escenario se entiende que resulta aún más importante y estratégica” enfatiza y agrega “La mejor manera de moverse es integrar la actividad física en la ciudad: caminar y andar en bicicleta. Y en este sentido, muchas ciudades han reutilizado rápidamente las calles para proporcionar espacio seguro a los peatones, ciclistas y otras formas de movilidad ligera y activa mediante intervenciones rápidas y transitorias, donde se destinan espacios de la calzada a estos modos”.

Para ensayar estas nuevas medidas que promuevan la movilidad activa y por consiguiente aporten soluciones sustentables, Pagani sugiere estudiar de qué manera podemos incentivar el migrar los viajes hacia modos más sostenibles y mantener el transporte público para aquellos ciudadanos que por cuestiones de cobertura o disponibilidad de medios tengan que usarlo indefectiblemente.

“Es una oportunidad para aprovechar y ensayar soluciones nuevas como estamos observando en otras ciudades de Europa, de Latinoamérica, intervenciones provisorias con baja inversión, donde rápidamente se puede monitorear, aprender, realizar conclusiones e intentar una propuesta nueva. Si tomamos nota de todos impactos positivos que se dieron en el ecosistema urbano en estos días y somos conscientes que las decisiones que tomemos hoy son las van a delinear nuestro futuro, no vamos a desaprovechar la oportunidad de definir que queremos para nuestra ciudad y como lo vamos a construir” indica Pagani.

“Como sociedad creo que tenemos que actuar en conjunto, resignando algunas comodidades individuales, saliendo de esta situación de confort con el objetivo principal y mayor del bien común; y sobre todas las cosas, tenemos que tener presente que mas allá de la pandemia, la lucha principal que estamos afrontando es por la sostenibilidad del medio ambiente, y esa batalla la vamos a seguir librando aun después del Covid-19. Por lo tanto hoy tenemos una oportunidad única para barajar y dar de nuevo en lo que a movilidad se refiere, y organizar la vuelta de una manera diferente, mas sostenible, más equitativa y mas accesible para todos” indica Pagani y agrega “Quisiera destacar el concepto de "nueva normalidad", reflexionar sobre cómo queremos que sea todo cuando volvamos a las actividades, ya que nada va a ser igual”.

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