Tipografia

Dos estudiantes y un graduado de la FCEIA buscan difundir la importancia de ventilar los espacios cerrados ya que según estudios científicos los aerosoles que emiten las personas son una gran vía de contagio del COVID-19. A partir de esta idea desarrollaron medidores de dióxido de carbono que permiten medir el nivel de ventilación para saber cuánto de ese aire "ya fue respirado".

Mariano y Alejandro Crosetti, estudiantes de Licenciatura en Ciencias de la Computación y de Ingeniería Electrónica respectivamente, junto a Franco Schiavone, graduado de Ingeniería Industrial de la FCEIA son quienes se encuentran detrás de esta iniciativa a partir de la cual surgió Ventilemos (https://www.ventilemos.com.ar/)

"Cuando se habla de transmisión por aerosoles, significa que cuando respiramos o hablamos, se emiten gotas finas, pero esas gotas no caen rápidamente sino que quedan flotando en el aire varios minutos e incluso horas dependiendo de su tamaño. Y en ambientes poco ventilados eso puede ser un foco de contagio incluso cuando se respetan las medidas de distancia y la correcta utilización de barbijos" detalló Mariano quien basa su explicación en la evidencia recolectada por José Luis Jiménez, uno de los científicos que solicitó a la OMS que se reconociera la vía aérea como forma de contagio del COVID-19.

2Medidor CO2

"Una idea para medir la ventilación que tiene consenso entre los científicos es a través del dióxido de carbono. Los humanos cuando respiramos emitimos CO2 entonces en un ambiente donde no se ventila, su concentración es alta y nos da una idea de qué porcentaje del aire ya fue respirado" explicó Mariano y aclara que a pesar de que el dióxido de carbono no tiene relación con el COVID-19, ya que si las personas que están en un ambiente son sanas una concentración alta no implica ningún riesgo, esta es una manera indirecta de medir la ventilación y evitar contagios masivos.

Para medir el dióxido de carbono diseñaron dos dispositivos diferentes, un medidor más pequeño de uso personal, con una pantalla, que puede ser utilizado en un auto y otro más grande, con forma de letrero número, creado con la idea de que pueda colgarse en la pared de espacios públicos como bares, restaurantes o gimnasios y los usuarios puedan conocer cuál es el nivel de ventilación de ese ambiente.

"Al sensor lo compramos y hacemos el cableado necesario para mostrar los dígitos de la medición, además proveemos una interfaz todavía más simple para que el usuario entienda el nivel de riego. El sensor de pared, además de mostrar el valor, tiene un semáforo, verde, amarillo o rojo que va variando dependiendo de la concentración de dióxido de carbono. Y el sensor pequeño muestra en un primer renglón la medición de CO2 y en el segundo indica si el nivel de riesgo es bajo, medio, alto o muy alto" describió el estudiante de Licenciatura en Ciencias de la Computación.

Cabe mencionar que existen tabulaciones acerca de qué valores de dióxido de carbono se consideran seguros sobre las cuales se basan para armar estos medidores.

Los tres autores de esta iniciativa destacaron también el rol de la FCEIA tanto en la formación académica recibida específica de las carreras que eligieron como así también en la importancia de contar con espacios de formación vinculados a emprender. Herramientas que hoy utilizan para llevar adelante sus proyectos. "Hay una materia que yo cursé que se llama emprendedorismo que la recomiendo hacer porque hay una parte práctica en donde aplicas los conocimientos a la realidad" indicó Franco, graduado de Ingeniería Industrial.

Por su parte Mariano cerró: "Siempre insisto en que los estudiantes no se queden con lo que dan en la universidad sino que hagan proyectos extra académicos sean emprendimientos, competencias, investigaciones o becas de estudios para complementarse integralmente".